Docentes, paradocentes y administrativos de los 3 Colegios Diaconales reciben charla de autocuidado y bienestar.
El psicólogo y consultor de liderazgo efectivo Ignacio Fernández, nos entregó profundas y prácticas orientaciones en torno al cuidado a nivel personal, relacional y de los equipos de trabajo.
Casi 300 trabajadores del SED, SFD y SND, a través de zoom, recibieron una cariñosa invitación del conferencista para descubrir las oportunidades que nos ofrece la pandemia y enfrentar de manera positiva la adaptación al escenario familiar y laboral que trae consigo .
Cada mañana hacernos las preguntas ¿quién “elijo” ser este día? ¿Qué actitudes, pensamientos y emociones elijo que habiten en mí? La invitación se centró en que cada uno alimente su mundo interior para, desde ahí ir al encuentro de los otros a construir con ellos el mundo que deseamos. “Para cambiar el mundo, tengo que cambiar “mi” mundo”.
El comenzar el día con una rutina de 12 minutos de conexión con las fortalezas personales, ayuda a enfocarse en lo constructivo y en el presente, evitando así permanecer en la añoranza del pasado o en la incertidumbre del futuro.
El psicólogo Ignacio Fernández, desde España, nos animó a “darle batalla” a los pensamientos negativos, a evitar juicios, críticas y condenas; a ser cuidadosos en la familia y en el trabajo, con lo que sembramos. Nos invitó a romper el hábito interno de rumiar, a reducir la negatividad que nos traspasa al consumir algunos medios de comunicación que nos contaminan. También nos mostró cómo cuidar nuestras relaciones para que sean de alta calidad, cómo cultivar la gratitud, el optimismo y la amabilidad, cómo desplegar el liderazgo hacia los demás. A ofrecernos como una persona de valor positivo para los otros. Destacó la importancia de “ver” al otro, de estar disponibles y de dar respuesta a las necesidades percibidas. Esto es fundamental para crear espacios relacionales positivos, saludables y emocionalmente nutritivos.
Estos y otros mensajes recibió cada educador, lo cual inspirará nuestro quehacer impactando positivamente en el clima emocional y en el fortalecimiento de las redes de apoyo y cuidado al interior de las comunidades.
Nos quedamos con el desafío es sostener estas ideas y emociones, de llevarlas a la práctica y de transferirlas a los estudiantes. Todo ello sin duda impactará positivamente en la calidad de los vínculos y de los aprendizajes, permitiéndonos así seguir creciendo como comunidad y aportando a la construcción de un mundo mejor.